Editorial por Latino Times
En California necesitamos decenas de miles de nuevas viviendas a precios accesibles, es urgente y es cada año más apremiante.
En este escenario la Proposición 21 no va a resolver ninguno de los problemas que ya enfrentamos y, por el contrario, puede agudizarlos y crear otros nuevos.
La Proposición 21 no propone construir ni una sola nueva vivienda, no ayuda a las familias trabajadoras a conseguir un lugar digno para vivir a precio accesible, no ayuda a ninguna persona indigente o sin hogar, no hace nada por los veteranos, tampoco ayuda a jubilados y otras personas de la tercera edad.
Por el contrario, dice que quiere controlar las rentas y comienza por aumentarlas, 15 por ciento cada año tres años, sin considerar todo el desgaste económico y emocional de los californianos por la pandemia.
La Proposición solo pide aumentar las rentas presuntamente para controlarlas, lo que ya es bastante contradicción, y que las viviendas en renta ya no las administren sus propietarios, sino el gobierno de cada ciudad.
Esto significa quitar el control a quienes tienen toda la experiencia, para crear una nueva y naciente burocracia que tendría que aprender a administrar propiedades que no son suyas, con la subsecuente posibilidad de enfrentar demandas.
Pero aún, este 2020 es el primer año en que entró en vigor en California la ley más estricta de control de rentas en el país, para beneficio de millones de californianos.
Si la Proposición 21 fuera aprobada, la nueva ley ejemplar de California –otros estados esperan ver resultados para elaborar sus propias versiones–, quedaría anulada, o al menos modificada de tal forma que ya no podría controlar las rentas, como fue planeado originalmente.
Por todas esas razones es que el gobernador Gavin Newsom se opone a la Proposición 21, al reconocer que, de pasar en la elección, solo vendría a empeorar la grave crisis de vivienda de California.
Adicionalmente, la Proposición 21 puede definitivamente anular las posibilidades de que los inversionistas construyan por lo menos parte de esas decenas de miles de nuevas viviendas a precio accesible que necesitamos los californianos.
¿O conoce usted a algún inversionista que quiera invertir cantidades multimillonarias en construir los departamentos que necesitamos solo para dejar todo el proyecto en manos del gobierno local donde construye?
El control de rentas en California ya existe, lo que se necesita es que los inversionistas vengan a construir, para reducir la creciente falta de vivienda.
También necesitamos garantías para todos los grupos vulnerables en la crisis de vivienda en California, como las familias de bajos ingresos, las familias trabajadoras, nuestros jubilados y veteranos, ayudar también a los indigentes, todo esto con el control que ya concede la ley en California.
Cuando usted lea la Proposición 21 en la boleta, donde dice “control de renta”, pregúntese a qué costo. Aumentos consecutivos de 15 por ciento anuales, impedir que haya más viviendas y quedarnos con el desesperante déficit, sin ayudar a californianos vulnerables, nada de eso es “control”, sino convertir los problemas de hoy en verdaderos caos.
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