Una niñez problemática podría significar una vejez problemática, encuentra un estudio

4 de agosto de 2023 (HealthDay News) — El trauma y las dinámicas familiares infelices de la niñez podrían seguir a los niños hasta la vejez, y afectar tanto a sus mentes como a sus cuerpos, según una investigación reciente.

      “Observamos la discapacidad autorreportada, además del deterioro físico y cognitivo autorreportado, y averiguamos que las experiencias estresantes de la vida temprana pueden tener ramificaciones incluso hasta en la vejez”, señaló la autora sénior, la Dra. Alison Huang, profesora de medicina de la Universidad de California, en San Francisco (UCSF).

      “Esto puede significar unas mayores probabilidades de dificultades para caminar, realizar las actividades de la vida diaria, o problemas con la memoria cuando las personas tienen 60, 70, 80 y pico de años o más”, apuntó en un comunicado de prensa de la universidad.

      La exposición a la violencia o el abuso físicos, las enfermedades graves, el estrés financiero familiar o la separación de los padres se consideran factores estresantes mayores de la niñez.

      El estudio encontró que los que experimentaron violencia en la niñez tenían un 40 por ciento más de probabilidades de sufrir una discapacidad de la movilidad, y un 80 por ciento más de probabilidades de tener dificultades con las actividades diarias. Los que provenían de familias infelices tenían un 40 por ciento más de probabilidades de tener un deterioro cognitivo leve.

      Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU., casi un 60 por ciento de los adultos de Estados Unidos han experimentado uno o más tipos de experiencias infantiles adversas. Estas pueden socavar el sentimiento de seguridad o estabilidad de un niño, y se vinculan con enfermedades cardiacas, diabetes, enfermedades autoinmunes y depresión posteriores.

      California fue el primer estado en hacer que sea obligatorio que los seguros comerciales cubran las pruebas de detección de las experiencias estresantes o traumáticas tempranas, tanto en niños como en adultos. Otros ocho estados están sopesando o implementando una legislación similar, anotan los autores del estudio.

      En el nuevo estudio, los investigadores utilizaron el Proyecto Nacional de Vida Social, Salud y Envejecimiento, que preguntó a casi 3,400 participantes, de 50 a 97 años, sobre las experiencias infantiles adversas. También se evaluó su equilibrio, capacidad de caminar, cognición y memoria. Además, evaluaron su capacidad de realizar las actividades diarias (cosas como vestirse y bañarse).

      Más o menos un 44 por ciento reportaron antecedentes de al menos una experiencia adversa entre los 6 y los 16 años. Un 16 por ciento habían sido testigos de violencia, un 16 por ciento habían sido separados de uno de sus padres, un 14 por ciento reportaron violencia, un 13 por ciento experimentaron estrés financiero, y un 6 por ciento experimentaron una mala salud. Uno de cada cinco reportó más de una experiencia adversa en la niñez.

      El estudio “muestra que las experiencias estresantes a principios de la vida podrían ser marcadores de un deterioro funcional y discapacidad más adelante en la vida”, advirtió Victoria Lee, estudiante de medicina de la UCSF y coautora del estudio.

      “Esto plantea implicaciones para la atención geriátrica: el reconocimiento temprano del trauma infantil podría ser útil para identificar a los adultos que podrían beneficiarse de pruebas de detección o estrategias de prevención para el deterioro funcional asociado con la edad”, apuntó Lee en el comunicado.

              La investigación fue financiada por los Institutos Nacionales de Salud de EE. UU. Los hallazgos se publicaron en la edición del 2 de agosto de la revista Journal of General Internal Medicine.

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